Franco, a quien tanto escuchamos lisonjear hasta la
llegada de la democracia, era un gran cobarde. Por miedo a los particionistas,
enriqueció desproporcionadamente a vascos y catalanes, llenándolos de
privilegios en detrimento de las demás regiones. Particularmente, de Málaga, que
el capitalismo barcelonés lleva combatiendo hace siglo y medio. Es un caso
probado que el Vallés textil conspiró contra Intelhorce y lo saboteó a fondo,
de modo que nos robaron 11.000 puestos de trabajo malagueños.
Presumen de una riqueza que es de todos nosotros,
porque consiste en los impuestos al consumo que pagamos todos. Para acabar con
la presunción insoportable y el complejo de superioridad de Mas, el cateto de
ERC y secuaces, debemos dejar de comprar cuanto esté hecho en Cataluña, Desde
el aceite que etiquetan con nombre
inglés (siendo principalmente jienense), hasta Tarradellas y el sucedáneo del
champán. Hay que dejar de abonar los complejos de superioridad de los catalanes
y charnegos con el síndrome de Estocolmo.
EN NAVIDAD, BRINDEMOS CON CHAMPÁN.
NO COMPREMOS NADA A CATALUÑA
Málaga se mueve
CLUB BELLAS ARTES MÁLAGA
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