lunes, 17 de noviembre de 2014

DESENFOQUES DE BENIDORM

Un pariente mío se queja de que haya en Málaga edificios altos cerca del mar. Parece ser una opinión muy extendida, pues hay partidos que se oponen apasionadamente (porque no están gobernando).
Esa posición es poco o nada comprensible, porque su significado es que prefieren que sólo unos pocos muy ricos gocen el privilegio de estar junto al mar.
Construir villas junto al mar en una urbe constreñida en una estrecha faja de terreno entre los montes y el mar, sería un despilfarro tremendo  y muy injusto. En realidad, no sólo junto al mar, sino en toda la ciudad a excepción del sector intramuros, no debería permitirse construir con menos de veinte plantas de altura, porque ¿qué terrenos libres van a heredar nuestros nietos).
Quienes defienden playas ocupadas sólo por villas de lujo, abominan de Benidorm. A quienes argumentamos a favor de la popularización del derecho a disfrutar de vistas al mar, nos preguntan con desprecio ¿Quieres que Málaga sea como Benidorm?
 

HABRÍA QUE RESPONDER QUE OJALÁ.
Benidorm es el más inteligente y racional negocio turístico de España. Y también ecológico. Todo el urbanismo desordenado del litoral cálido cabría en seis o siete Benidorm; así de simple.
Allí hay negocio todo el año, casi no notan la estacionalidad, al menos los fines de semana, ni siquiera hay hoteles de cinco estrellas y los puestos de trabajo son o deberían ser indefinidos.
Solo unos pocos egoístas de nariz arrugada se quejan de que algunos días haya muchos turistas en Málaga. Los mismos que se oponen a sangre y fuego a que la autopista Ruiz Picasso se convierta en un verdadero paseo, con cinco o seis rotondas y velocidad muy limitada.
 
 
Construir catorce edificios de siete plantas en el paseo marítimo de Poniente ha sido miope, desconsiderado y cateto. Tendrían que ser edificios de más de veinte plantas, y algunos de ellos, hoteles.
Lo mismo que los extensos terrenos que restan de la central eléctrica. Sería económica y socialmente un bombazo que ahí se construyera un gigantesco conjunto turístico con varios hoteles, spa, talasoterapia, un pantalán-embarcadero y demás, y no hacer lo que pretende el PSOE, viviendas protegidas, que, evidentemente, prefieren dar el pez al pobre en vez de proporcionarles los medios y enseñarle a pescar.
Algunos de los contrarios a los rascacielos debieran visitar Vancouver (con enormes terrenos libres) o Río de Janeiro.
Málaga se mueve
CLUB BELLAS ARTES MÁLAGA
Twitter: @malagaporsi

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