lunes, 16 de diciembre de 2013
La tumba submarina de los dinosaurios espera ser visitada
La historia la conocemos de sobra. Hace 65 millones de años los dinosaurios gobernaban la Tierra, y entonces un asteroide (o cometa) impactó con nuestro planeta provocando tormentas de fuego que arrasaron los bosques y crearon nubes de polvo que bloquearon la luz del sol provocando un evento de extinción a nivel global. Que los mamíferos hoy dominen el mundo es sin duda consecuencia de aquel impacto devastador que acabó con un reinado de los saurios que había durado 150 millones de años. Los científicos están ahora interesados en estudiar aquel evento ya que creen que bajo las profundas aguas del golfo de México podrían encontrar restos esclarecedores de aquella catástrofe.
El interés por examinar este área llamada Escarpa Campeche, un risco submarino de 600 kilómetros de longitud que se eleva 4.000 metros sobre el lecho oceánico y que podría rivalizar con el Gran Cañón, viene por el reciente trabajo de cartografiado por sonar del fondo del Golfo de México, realizado por parte de científicos del Instituto de Investigación del Acuario de la Bahía de Monterey (MBARI) en marzo de este mismo año.
Los científicos creen que el risco se ubica cerca del lugar en el que impactó el cometa (cráter Chicxulub) y que por tanto podría haber restos submarinos expuestos del devastador evento. Si os preguntáis por qué no van directamente a buscarlos al cráter, deciros que aquellos restos se encuentran ahora enterrados a buena profundidad bajo la península de Yucatán. De ahí que la posibilidad de encontrar restos "fácilmente"accesibles en la Escarpa Campeche les seduzca sobremanera.
Gracias al trabajo del MBARI, los investigadores cuentan ahora con un mapa detallado del risco, información que por cierto se ha incorporado a Google Maps y Google Earth. Basándose en esos mapas, el científico Charlie Paull cree que en el corte del risco existen evidencias de los procesos geológicos de sedimentación sucedidos durante los millones de años anteriores y posteriores al impacto del cometa. De hecho, gracias a las imágenes del sónar creen ser capaces de marcar el punto en el que los depósitos de la era cretácica se encuentran con los sedimentos precipitados tras el mismísimo impacto.
En declaraciones a LiveScience.com, Paull afirma que "haber visto estas formaciones fue asombroso por varias razones, una de las principales fue determinar lo fácil de identificar que resulta la parte superior de la capa que representa de forma ostensible el período del evento". En su opinión, esta forma un horizonte muy distintivo que es apreciable durante cientos de kilómetros por toda la Escarpa Campeche. En muchos sitios esta franja es visible sin estar cubierta por cantidades significativas de sedimento.
Además, el trabajo de cartografiado sirvió para identificar a más de 80 cañones submarinos corriendo junto a la fachada de la escarpa. Antes del trabajo del MBARI solo se conocían 3.
Si de algún modo los científicos pudieran acceder a estos sedimentos, se podría acceder a información valiosísima (y magníficamente conservada) sobre la destrucción provocada por aquel evento. Los investigadores esperan de hecho ser capaces de recuperar muestras empleando submarinos robóticos, o incluso mediante sumergibles tripulados.
El trabajo se presentó esta semana durante la reunión anual de la Unión Geofísica Estadounidense (AGU) en San Francisco.
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