La asociación Yacimientos de la Araña reclama que las administraciones busquen otro espacio para los escaladores
LA OPINION DE MÁLAGA
La asociación arqueológica Yacimientos de La Araña ha pedido al Ayuntamiento de Málaga y a la Junta de Andalucía de manera urgente una mayor protección de la zona, declarada el pasado mes de marzo Bien de Interés Cultural (BIC). La causa es que, pese a esta declaración, el yacimiento arqueológico sigue siendo utilizado para la práctica masiva de la escalada sin ningún tipo de autorización. En los yacimientos se han localizado restos arqueológicos desde hace 500.000 años hasta casi nuestros días.
«Este es un lugar inadecuado para la escalada, porque es una contradicción tener un BIC que por un lado protegemos al ser un bien de todos y por otro facilitamos que esa misma protección la estemos destruyendo», señaló esta semana Julián Ramos, arqueólogo de los yacimientos desde 1978 y director de las investigaciones.
Entre los daños que causan los escaladores se encuentra la desaparición de valiosa flora endémica como el Maitenus senegalensis y el Limonium malacitanus. «En las zonas donde están los escaladores están pisoteada y si una planta estorba a sus vías, la quitan», explica Julián Ramos, que recalca que no tiene nada en contra de los escaladores. «Yo mismo he sido escalador, pero a esto lo llaman ellos ´ir al campito´ y resulta que es el entorno de un yacimiento arqueológico, un BIC, no un campito; hay que darles a los escaladores otra alternativa», aseveró.
La práctica de la escalada, que se produce desde hace unas tres décadas, ha dejado el exterior de las cuevas con numerosas pintadas, en ocasiones, signos políticos realizados a varios metros de altura, así como decenas de ganchos de hierro clavados en las rocas, las vías para escalar. Para colmo, uno de los extremos del yacimiento es utilizado por los escaladores como letrina, con pruebas evidentes del uso. También es habitual la presencia de latas y botellas de cristal, que los arqueólogos deben retirar cuando llegan colegios de visita.
En la actualidad, el complejo de cuevas prehistóricas, vallado en la parte que linda con la antigua nacional 340, sólo cuenta con una cadena en la entrada, instalada recientemente por la Demarcación de Costas para impedir la entrada de los coches de los deportistas, que aparcaban hasta el fondo.
«El otro día vino un colega de Madrid y me dio vergüenza ajena porque conoce como está el Patrimonio en otros sitios como Los Millares, El Castillo y Atapuerca», destacó Julián Ramos, que subrayó que los yacimientos de La Araña tienen un interés arqueológico «a nivel mundial». «Hay muy pocos sitios en el mundo donde puedas estudiar medio millón de años de forma continuada, Atapuerca es uno de ellos pero no tiene neandertales y lo bueno de aquí es que hay culturas prácticamente ininterrumpidas durante 500.000 años, tenemos hasta un santuario con pinturas rupestres de hace 18.000 años, del Solutrense», subrayó.
La asociación aprovechó para destacar que lleva un año pidiendo reunirse con el alcalde, Francisco de la Torre con el fin de trasladarle el problema y varios meses de espera con la delegada de Cultura, Patricia Alba, con idéntico propósito.
Una de las propuestas que quiere plantear son medidas de seguridad acordes con la importancia del sitio. En este sentido, Julián Ramos recordó que el yacimiento de Atapuerca, en campo abierto, cuenta con verja de entrada, así como con una caseta con un funcionario de la Junta de Castilla y León «que controla las visitas». Para la asociación, la única manera de proteger este valioso rincón de Málaga pasa por cerrar la entrada y colocar un guarda para controlar el acceso.
«Hay que proteger este Patrimonio y darle una alternativa a los escaladores», resume Julián Ramos, quien hace unos días acompañó a La Opinión a una visita al complejo de cuevas, que en ese momento estaban siendo escaladas por siete personas.
En la actualidad, la asociación Yacimientos Arqueológicos de La Araña, sin ánimo de lucro, se encarga con las cuotas de socios de preservar esta zona y apoyar las investigaciones. Además, la preservación se costea con las visitas que pueden concertarse con el Centro de Interpretación de La Araña, junto a la Torre de las Palomas (parqueprehistorico@complejohumo.org).
La asociación también quiere aprovechar la reunión con el alcalde para proponer la reedición del convenio para costear la investigación arqueológica, firmado en 2006 por el Ayuntamiento de Málaga, la Fundación Málaga y la fábrica de Cemento.
«Con que obtuviéramos 6.000 ó 7.000 euros nos permitiría investigar, tras la aprobación del proyecto por parte de la Junta. Pero para eso necesitamos financiación, no se pueden hacer excavaciones y luego sacar unas muestras que no se pueden analizar, es la pescadilla que se muerde la cola», plantea el arqueólogo.
Se da la circunstancia de que el pasado verano, la Federación Andaluza de Montañismo y la Asociación de Escaladores de Málaga pidieron que este BIC se convirtiera en un centro oficial de escalada, algo que el concejal de Cultura, Damián Caneda, calificó de propuesta «dificilísima».
De hecho, la Gerencia de Urbanismo lo consultó con Cultura de la Junta y esta le respondió que cualquier «actuación y uso» dentro del BIC debe ser autorizada por la Consejería de Cultura. Fuentes de Cultura han confirmado que esta autorización nunca se produciría, por el impacto negativo que ya está causando. Además, las mismas fuentes señalaron que Cultura ha realizado un informe para los escaladores, «en el que se les deja claro que aquello constituye un BIC, necesita protección y no pueden hacer uso para su actividad».
En agosto José Bernal, portavoz de la Federación Andaluza de Montañismo, manifestó a este diario la intención de no respetar la protección legal: «Vamos a escalar ahí, lo diga el BOJA o el Borja».
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