domingo, 8 de septiembre de 2013

¿Y SI NO HAY NADIE MÁS EN EL UNIVERSO?

La Teoría de la Tierra Rara explica que la vida en el planeta se debe a una sucesión de casualidades casi imposible de repetirse
Esta semana el SETI, organización privada que busca vida extraterrestre, anunció que tras captar suficientes fondos gracias a donaciones anónimas reanudaba su tarea en busca de señales de radio en el espacio originadas por una raza alienígena, una tarea que inició hace décadas. Los investigadores del SETI son férreos defensores de la existencia de vida extraterrestre, una creencia que defienden con sólidos argumentos. Enfrente al SETI se sitúan otros científicos que opinan justamente lo contrario, y lo hacen también presentando una batería de razones. Estos últimos aducen, en definitiva, que estamos solos en el Universo.
Los defensores de la vida extraterrestre aducen que, por fuerza, el proceso desarrollado en la Tierra tiene que haberse repetido en otros lugares similares, de los que debe haber muchos en el Universo. En contra de esta opinión surgió en el año 2000 la Teoría de la Tierra Rara. Formulada por Peter Ward y Donald Brownlee, defiende que la vida en nuestro planeta es fruto un extraordinario cúmulo de casualidades en el que confluyen condicionantes como la temperatura, la atmósfera, la existencia de agua, un campo magnético que desvía la radiación solar o el tener cerca a un gigante gaseoso como Júpiter que ejerce como escudo contra los meteoritos. Entre los principales factores que han permitido la vida en la Tierra se encuentra también la Luna y la fuerza gravitatoria que ejerce sobre el planeta. A ese efecto se debe la estabilidad en el grado de inclinación de la Tierra, que se sitúa con ligeras variaciones en 23,5 grados. De no ser tan estable el clima estaría en constantes cambios que irían de glaciaciones a persistentes sequías. De no concurrir solo uno de estos factores, la vida no sería posible.
Muchos relacionan la ‘Teoría de la Tierra Rara’ con la paradoja de Enrico Fermi, uno de los más importantes físicos del siglo XX. Fermi se preguntó que, si la vida está tan extendida en el Universo, ¿por qué entonces no nos han visitado ya los extraterrestres?
En contra del pesimismo de Ward y Brownlee se sitúa buena parte de la comunidad científica. Y es que mantienen que el Universo, en el que hasta ahora solo han detectado apenas un millar de planetas, es demasiado grande como para que no haya nadie o nada más. Otra cosa es que lleguemos a encontrarlo o, como algunos temen, que una civilización superior nos encuentre a nosotros.

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