El convento de los carmelitas descalzos data de finales del siglo XVI.
Muy deteriorado, solo se conservan algunos de sus elementos primitivos
En el típico barrio del Perchel se levantó a finales del siglo XVI un convento de la orden de los Carmelitas Descalzos, que llegó a ser uno de los más importantes de su tiempo. Hoy día el descuido y el abandono han llevado a la ruina la mayor parte de las edificaciones primitivas, de las que solo se conservan algunos elementos. El Ayuntamiento, propietario de este inmueble, ha barajado distintas ideas para su rehabilitación y puesta en uso, desde un centro de estudios dedicado al general Torrijos a un museo de arquitectura y diseño, sin que hasta el momento se haya materializado ninguna de estas ideas.
El edificio del siglo XVI estaba conformado por una iglesia, el patio, un refectorio, las huertas, el cementerio y zonas privadas. Las zonas que se han conservado permiten asegurar a los expertos que la construcción seguía las directrices de la orden de Santa Teresa de Jesús en cuanto al empleo de materiales muy pobres y una gran sencillez decorativa. En las dependencias de este convento pasó sus últimas horas de vida el general José María Torrijos, que protagonizó un fallido levantamiento militar contra el absolutismo de Fernando VII. Fue fusilado en las cercanas playas de El Bulto el 11 de diciembre de 1831.
Iglesia del Carmen
Del primitivo complejo carmelita se conservan un patio, que pudo formar parte del claustro del convento, unas dependencias que se utilizaron como refectorio y la iglesia, hoy parroquia de la Virgen del Carmen. La iglesia original fue destruida por el terremoto de 1680.Su composición arquitectónica y espacial se ajusta a los cánones de las iglesias carmelitas barrocas, con planta basilical y un coro elevado a los pies sobre un gran atrio. Cuenta con tres naves, separadas por arcos de medio punto. La fachada es de corte manierista, franqueada por dos torres.El templo ha sufrido distintas y profundas intervenciones, desde que el original del convento queda destruido por un terremoto. A mediados del s. XVIII se restauró la fachada, abriendo una ventana en la que aparece la fecha de 1745. En los sucesos previos a la guerra civil el templo fue incenciado, perdiendo gran parte de sus bienes muebles. El arquitecto Enrique Atencia fue el autor de su restauración, en 1944.
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