Salvo muy pocas excepciones, todos los políticos mienten.
Pero no todos los pueblos
se dejan engañar.
En
Málaga tenemos ejemplos constantes, continuados y persistentes de las mentiras
de los políticos. Estos
días, vemos que dos formaciones de la llamada “·oposición“ convocan todos los
días ruedas de prensa para hacerse su campaña de propaganda electoral. Lo
insólito es que los periódicos y demás medios acuden en masa a esas “ruedas” de
prensa (carricoches en realidad); y al día siguiente, los periódicos titulan en
primera plana “Málaga está sucia” o cosas semejantes, sin dejar claro desde el
principio que son declaraciones electoralistas de políticos que pretenden
hacerse con el poder. Hay un sujeto que se cree Goebbels, que desde hace unos treinta años practica a diario lo de que “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”. Sorprendentemente, este hombre, muy corto, ha conseguido escalar muy largo mediante mentiras permanentes, engaños, felonías y estafas, pero hay un grupo de malagueños que lo cree y lo encumbra, al parecer sin miedo al ridículo.
El ayuntamiento lleva lo menos cincuenta años mintiendo descaradamente al pueblo, con el argumento de que Málaga no debe aspirar a desarrollar su turismo de “sol y playa”, a pesar de que tenemos más de trescientos días de sol y dieciocho kilómetros de playa. Este sector representa el 95% del turismo mundial, por lo que nuestro propio ayuntamiento impide que instauremos muchos millares de puestos de trabajo estables, porque, al parecer, el ayuntamiento acordó con AEHCOS (constante y cruel enemigo de la ciudad) y otros organismos semejantes que la trimilenaria MLK no compita con los pueblos, obligando a los capitalinos a ir a divertirse de noche y a comer en los pueblos. De este modo, de pronto se nos dice que “nadie se ha interesado por construir ese hotel” refiriéndose a un proyecto del que no han hablado, pero pretenden convertir en hoteles “de lujo” edificios imposibles. Entre tanto, el Miramar muerto de risa.
El
gobierno sevillano miente a Málaga SIEMPRE. Jamás ha dicho una sola verdad en
Málaga. Si reclamamos lo que nos roban, viene un consejero a decir que “la
inversión de la junta en Málaga es mayor que los impuestos malagueños”, lo que
es una mentira sangrante, porque el presupuesto juntero se nutre en su mayor parte de los fondos estatales y
europeos (que los sevillanos nos escamotean a diario). La mentira actual más
sobresaliente es que nos dicen que han hecho aquí un metro y han prestidigitado
la barbaridad de “metro en superficie”, lo que haría reír a medio mundo, porque
el metropolitano es un sistema de transporte inventado para eludir el tráfico y
ES SUBTERRÁNEO O AÉREO. No puede haber “metro en superficie” ni puede chocar
con coches. Lo indignante es que los periódicos se someten al juego (casi todos
son deudores del PSOE), y asumen la mentira y la propaganda, aun en contra de
sus propios conocimientos.
Lo
grave no es que nos mientan tanto, porque los políticos suelen hacerlo. LO GRAVE
ES QUE LOS MALAGUEÑOS NOS DEJEMOS ENGAÑAR.
La
mentira del pequeño goeebbelito se ha infiltrado profundamente en nuestra
sociedad local, y si no reaccionamos en seguida, estamos perdidos.
Málaga se mueve
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