Durante los treinta y tantos años de democracia y desde mucho antes, el Ayuntamiento de Málaga ha impedido fervorosamente el aprovechamiento y desarrollo de nuestras playas.
Han sido numerosos los comentarios de lectores sobre el artículo de ayer, llegados a malagapuede@gmail.com. Aportan datos acerca de la supuesta felonía contra los malagueños del Ayuntamiento de Málaga, en particular sobre Damián Caneda. Según dicen, la defenestración de Damián Caneda pudo deberse a su empeño de promocionar las playas de Málaga, cosa que el Ayuntamiento de Málaga estaría obligado a impedir, a causa de un acuerdo secreto por el que se comprometería a que Málaga no entre en el negocio de “sol y playa” por no competir con los pueblos. Al respecto, varios de ellos señalan el caso del escamoteado hotel de veinte plantas en Tabacalera.
El negocio de Sol y Playa representa el 90% del turismo mundial. Málaga dispone de 18 kilómetros de playa, tres de ellos prohibidos por el gobierno sevillano, que nos manda mantener ese lugar como una especie de reserva (cosa que ninguna gran ciudad del mundo permitiría) En los quince kilómetros restantes, cabrían más de cien grandes hoteles, infinidad de discotecas, bares, restaurantes y centros de diversión, para un total de mucho más de 30.000 PUESTOS DE TRABAJO INDEFINIDOS. Hasta tal punto nos faltan grandes hoteles, que los recientes eventos de Samsung y el congreso de automóviles, tuvieron que trasladar sus fiestas a hoteles de Marbella, con lo que Málaga se convirtió en subsidiaria de uno de sus pueblos. Mientras, el Hotel Miramar lleva cerrado y muerto de risa desde 1989 (cuando homenajeamos a Juan Carlos I) y el solar para hotel en Tabacalera no fue promocionado por el ayuntamiento, de manera que no hace mucho el propio ayuntamiento dio carpetazo a esta posibilidad diciendo que “nadie se ha interesado”. ¿Cómo se iban a interesar si nadie pudo enterarse?
Si ese acuerdo existiera, Málaga estaría limitándose a un porcentaje de menos del 10% del posible negocio turístico de esta “ciudad del paraíso” (mucho menos, si tenemos en cuenta el turismo rural)
Si ese acuerdo existiera, ¿cómo tendríamos que denominar el delito que el Ayuntamiento de Málaga estaría cometiendo contra su pueblo? Lo hicieron el psoísta Pedro Aparicio y la medio sevillana Celia Villalobos, y también lo hace el hijo del ingeniero de la Torre Acosta. Si ese acuerdo existe, el Ayuntamiento de Málaga comete felonía contra su pueblo, con el agravante de que lo habría suscrito con Aehcos, un agresivo enemigo de la ciudad, que lleva muchos decenios disuadiendo a los turistas de que visiten Málaga.
Cualquier cabecera comarcal de Zamora tiene una industria de diversión nocturna mucho más activa que Málaga. No tenemos espectáculos de striptease, go-gos, puticlubs, bares gay, saunas sin disimulos, lugares de ligue, etc. No tenemos nada de nada, para una ciudad intramuros que muere a las ocho de la tarde, según comentan los camareros de la Alameda.
MÁLAGA
SE MUERE… DE ABURRIMIENTO. No
hay nada de nada. La que debería ser por sus 600.000 habitantes una capital
atrayente, centrípeta, es todo lo contrario; Málaga es completamente centrífuga
y en absoluto nuclear. En vez de receptora de visitantes en busca de diversión,
es COMPLETAMENTE EMISORA; la industria de diversión de Torremolinos, La
Carihuela, Puerto Marina y Fuengirola depende en porcentajes altísimos de los
malagueños capitalinos. Hasta la “poderosa” y muy despectiva Marbella llena la
capital de anuncios de sus corridas y sus festivales de canción. Y Rincón de la
Victoria es un polo de atracción de jóvenes noctámbulos del Este de Málaga. Ni
siquiera el prometedor Muelle Uno llena el hueco. No hay en él discobar ni discoteca,
ni un ambiente canalla, para lo que sería idóneo.
Málaga se mueve?CLUB BELLAS ARTES MÁLAGA
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Participa malagapuede@gmail.com
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