El yacimiento del Cerro del Villar y su entorno siguen dando sorpresas. El asentamiento fenicio situado en la desembocadura del río Guadalhorce fue el centro neurálgico de Málaga a partir del siglo VIII a. C. Hoy, la arqueología ha aportado más datos para la reconstrucción de la vida diaria de una de las colonias fenicias más importantes del Mediterráneo.
El verano de 2010 representó un paso más en el conocimiento de los hábitos de vida de este yacimiento, declarado Bien de Interés Cultural en el año 1998. La excavación realizada en la denominada Finca de las Marismas de Guadalmar, situada frente al centro comercial Leroy Merlín y en el entorno del Cerro del Villar, ha sacado a la luz ejemplos que verifica que existían núcleos poblacionales rurales en los alrededores del asentamiento fenicio, a finales del siglo VI y principios del V antes de Cristo, así como la aparición de restos de una necrópolis de la misma época.
Todos estos vestigios han visto la luz gracias a la intervención arqueológica de la empresa Nerea, que excavó la zona afectada por las obras para el acceso sur al Aeropuerto de Málaga, en su conexión con la autovía A-7 (ramal 1), ejecutadas por FCC Construcción. La intervención ha sido dirigida por Daniel Florido y ha contado con el asesoramiento científico de Eduardo García.
Respecto al cementerio, los arqueólogos de la excavación Verónica Navarrete y Miguel Ángel Sabastro precisan que es el primero que aparece en el entorno del Cerro del Villar. «A pesar de que está muy arrasado, hemos localizado once posibles estructuras funerarias excavadas directamente en la tierra, donde se depositaron restos de incineraciones». Así, han salido a la luz las fosas, pequeñas y ovaladas, y las cerámicas de las urnas de la cremación, pero apenas se han detectado restos de ajuar funerario, salvo una fíbula de doble resorte y algún elemento cerámico.
Según los arqueólogos, «todo esto parece indicar, «siempre como una hipótesis», que estamos ante una comunidad quizás más vinculada al mundo autóctono, aunque muy penetrada por la cultura material fenicia, un ambiente híbrido y típicamente colonial».
La excavación, con una extensión de un kilómetro de longitud y en la que se plantearon seis cortes, ha arrojado más luz sobre esta etapa (finales del siglo VI y principios del V antes de nuestra era), que según los datos históricos, fue el momento en que los fenicios abandonaron el Cerro del Villar y se trasladaron de forma masiva a la capital. A tenor de los hallazgos, Sabastro y Navarrete consideran que el éxodo se produjo de una forma paulatina, porque «todavía había poblaciones en la zona durante ese periodo».
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