El garum era pasta de pescado, que los romanos del imperio consideraban afrodisíaca.
Se hacía por maceración y fermentación en salmuera de restos de visceras y despojos de diferentes peces y se empleaba fundamentalmente para condimentar o acompañar gran cantidad de comidas, aunque también se empleó en medicina y cosmética. El garum, junto con los perfumes eran la sustancias mas caras y codiciadas de todo el Imperio Romano y dada la proximidad del mar y la abundante pesca de Málaga, hizo que desde mediados del siglo III al V d.C. fuese una de las plazas más importantes del Mediterráneo donde se fabricaba este producto. Existen muchos restos arqueológicos en el casco histórico de la ciudad que demuestra esta producción masiva de garum para exportarse por todo el Imperio. Se han encontrado pilestas de Factorías de salazones dedicadas a fabricar garum, ejemplo de ello son las encontradas debajo del edificio del Rectorado de la Universidad de Málaga (Paseo del Parque). Prueba de que los romanos "sembraron" de factorias de garum toda la zona historica de Málaga es el reciente hallazgo de piletas en el Palacio de Villalón (sede del futuro Museo Thyssen).
En los años finales del siglo tercero antes de Cristo, los romanos llegaron a estas tierras para luchar contra los cartagineses. La victoria romana supuso su presencia estable en el país y la incorporación, por tanto, a la órbita de Roma de toda esta geografía.
Málaga y otros centros urbanos de su región crecieron y recibieron nuevos estatutos jurídicos. Es de destacar, en el siglo I, el paso de ciudad federada a municipio de derecho latino. Esto se plasmó en la Lex Flavia Malacitana, promulgada en el año 81, parte de la cual se encontró en Málaga en 1851 en la zona del Ejido. La Lex Flavia Malacitana, contenida en cinco tablas, aunque solamente se encontraron las que tienen las rúbricas 51 a 69, se conservan las originales en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid y existe una copia de las mismas en el salón de plenos del Ayuntamiento de Málaga.
La zona más relevante de la ciudad romana sería localizada en los alrededores de la colina de la Alcazaba, donde había un arco de triunfo, un teatro romano y mosaicos, de los cuales aún se conservan restos.
En los años finales del siglo tercero antes de Cristo, los romanos llegaron a estas tierras para luchar contra los cartagineses. La victoria romana supuso su presencia estable en el país y la incorporación, por tanto, a la órbita de Roma de toda esta geografía.
Málaga y otros centros urbanos de su región crecieron y recibieron nuevos estatutos jurídicos. Es de destacar, en el siglo I, el paso de ciudad federada a municipio de derecho latino. Esto se plasmó en la Lex Flavia Malacitana, promulgada en el año 81, parte de la cual se encontró en Málaga en 1851 en la zona del Ejido. La Lex Flavia Malacitana, contenida en cinco tablas, aunque solamente se encontraron las que tienen las rúbricas 51 a 69, se conservan las originales en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid y existe una copia de las mismas en el salón de plenos del Ayuntamiento de Málaga.
La zona más relevante de la ciudad romana sería localizada en los alrededores de la colina de la Alcazaba, donde había un arco de triunfo, un teatro romano y mosaicos, de los cuales aún se conservan restos.
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