Según se desprende de la investigación, la corteza lunar es mucho más fina que lo que pensaban los científicos, dado que presenta un espesor de 34 a 43 kilómetros, es decir, entre 6 y 12 kilómetros menos de lo que se había estimado hasta ahora. Además, las imágenes muestran que el 98% de la corteza de la Luna está fragmentada por múltiples impactos. "Se sabía que los planetas rocosos del sistema solar habían sufrido muchos impactos hace varios miles de millones de años, pero nadie pensaba que la superficie lunar hubiera sido tan masivamente bombardeada", ha admitido Zuber, que publico sus conclusiones en la revista Science. De hecho, las fracturas alcanzan la corteza profunda e incluso el manto.
La corteza exterior de la Luna carece de estructuras rocosas densas y está probablemente formada por materiales porosos o pulverizados. El mapa del interior de nuestro satélite revela asimismo la existencia de masas más densas formadas por magma volcánico, que terminó solidificándose y formando densas paredes rocosas.
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