Un ascensor espacial es un ascensor hipotético que conecta la superficie de un planeta con el espacio.
Básicamente es una estación espacial en una órbita geosíncrona, y de
la que parte un cable de 35.786 km de largo que llega hasta el suelo, y
que puede tener forma de riel.
Para mantener el equilibrio de la estructura, además de situar el anclaje en
algún punto lo más cerca posible del ecuador, para minimizar los efectos de
tensión por la diferencia entre la rotación de la Tierra y la órbita
geosincrónica del satélite, los ponentes de esta tecnología futurista proponen
utilizar un tramo de cable idéntico extendido hacia el espacio o bien un
contrapeso, de tal suerte que el cable estaría en equilibrio con su centro de masas en
órbita geosíncrona. Una vez el cable en su lugar, pueden subir y bajar por él
naves y cargas a un coste unas cien veces menor que el que supone lanzarlas por
medio de un cohete1(prácticamente, el coste de la electricidad necesaria
para impulsar el ascensor).
El concepto fue formulado, tal y como se conoce hoy día, por el
ingeniero ruso Yuri Artsutanov en 1960,
dentro de un artículo del diario Pravda «В Космос — на электровозе» (traducido
al inglés como "To the
cosmos by electric train"),1 aunque
reconocía que la resistencia a la tracción necesaria
para construir el cable no podía obtenerse con ningún material conocido en ese
momento. Sin embargo, la idea de un ascensor espacial se remonta al 1895,
concebida por el físico ruso Konstantin Tsiolkovsky.
No hay comentarios:
Publicar un comentario