Según parece, nuestro jardín botánico de La Concepción es el más importante de Europa en su especie. Forma parte de "Botanic Gardens Conservation International" (BGCI) y de la Asociación Iberomacaronésica de Jardines Botánicos (AIMJB). Es patrono de la Fundación Descubre (Agente Andaluz del Conocimiento) y se integra en la red Med0Med (red de Jardines Botánicos del Mediterráneo).
Y por consiguiente, visitarlo resulta tan solemne, protocolario y circunspecto como una grave lección universitaria. Desorientado entre sus caminos, sendas y veredas (a causa de haber recibido un plano que es un galimatías), en medio de un silencio catedralicio (por la escasez de visitantes), uno llega a creer que se encuentra en la antesala de audiencias del rey.
De modo que en vez de pasar unas despreocupadas horas de recreo, que es lo que uno se había propuesto, se encuentra recibiendo una muda pero sesuda y cultísima lección botánica, bajo la sensación de que el menor desliz lúdico podría proporcionarle un suspenso o una denuncia a la policía.
Pero La Concepción da también la impresión de ser un parque muy caro de mantener. Para ser preciso, CARÍSIMO DE MANTENER. Y resulta que el jardín botánico de tantos laureles internacionales, es sólo una parte menor del parque, o sea, el primitivo jardín de los Loring. Sólo el jardín botánico, es unas cuatro veces mayor que el de Madrid (aun teniendo muchos menos estudiosos que allí). El conjunto de la finca, contando un extenso parque forestal, es grandísimo y ofrece infinidad de posibilidades.
Creo que salvaguardar con tanto y tan excluyente rigor el valor cultural del jardín es un lujo que Málaga no se puede permitir. No creo que la importancia botánica de La Concepción y su valor académico sean incompatibles con procurar que se convierta en un gran negocio, visitado por miles de personas cada día de verano.
Para ello, no habría que profanar en absoluto los valores culturales del parque botánico. Las veredas por donde uno se pierde sin remedio son estrechas y sinuosas, pero hay zonas amplias, como el cenador de las glicinas (ojo, son glicinas, no glicinias) y el paseo de las palmeras (entre otras), que permitirían la instalación de quioscos (indispensables para la gente mayor)
Además, hay extensos espacios en las zonas forestales para instalar talleres de artesanías campesinas (esparto, pita, adelfa, taracea, quesos, compotas, pan de higos tortas de aceite, etc), donde se trabajara de cara al público, productos que se venderían en los quioscos, atendidos por chicas y chicos vestidos con trajes malagueños del XIX Dar un toque Folclórico al parque le proporcionaría color y un enorme atractivo. Hay fincas semejantes en Mallorca y Gran Canaria (seguramente mucho menos importantes en su aspecto botánico), que son excelentes negocios, invadidos de fotógrafos retratistas de visitantes y los turistas hacen colas para entrar, porque no permiten más de un número determinado de visitantes a la vez.
¿POR QUÉ NO DESCARGAR AL AYUNTAMIENTO DE UN ALTÍSIMO COSTE, AL TIEMPO QUE SE LE PROPORCIONA UN GRAN NEGOCIO?
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