lunes, 12 de marzo de 2012
El laboratorio empresarial del mar
Un grupo de empresarios norteamericanos plantea crear un complejo en el océano Pacífico para emprendedores extranjeros
Plantean que esté situado en aguas internacionales, pero lo suficientemente cerca para poder hacer visitas frecuentes a Silicon Valley
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No se habla de patinetes y cervezas gratis los viernes pero la idea se parece mucho a la que Google ha utilizado en sus oficinas de Mountain View para fomentar la innovación entre los que allí trabajan. Un pequeño grupo de empresarios estadounidenses ya han empezado a trabajar en un recinto destinado a emprendedores de todo el mundo que quieran crear su compañía en la órbita de Silicon Valley pero que no pueden hacerlo por los duros requisitos que impone la Administración norteamericana para poder instalarse en el país. Para solucionar este problema sugieren que el complejo se ubique en aguas internacionales, creando una pequeña ciudad flotante. En realidad, lo que proponen Max Marty y el resto socios de Blueseed es la creación de una comunidad donde se favorezca el espíritu creativo tan propio de los emprendedores en un espacio situado a unas cuantas millas de la costa evitando así tener que someterse a ciertas leyes estadounidenses.
"El proyecto está pensado para aquellos extranjeros que han intentando traer aquí su idea pero no han podido por el rígido sistema de visados", comenta Marty, consejero delegado y cofundador de la compañía. "Es muy complicado para una persona que no tenga un gran capital o una empresa consolidada en algún otro país acceder a este tipo de permisos", analiza a la par que recuerda que se han dado casos de empresarios que, a pesar de haber conseguido estos permisos, han acabado por ser expulsados cuando ya habían conseguido atraer inversores para su compañía.
Según lo que se puede ver en los primeros bocetos, se trataría de una gran embarcación que podría dar cabida a cerca de un millar de personas en un ambiente que conjugaría los espacios laborales con todas las comodidades para la vida diaria. Habría la posibilidad de alquilar desde una vivienda de cuatro habitaciones hasta un pequeño estudio por más de mil dólares al mes, aunque las mensualidades podrían cambiar dependiendo la proximidad de la residencia a la oficina o los servicios complementarios. Todo ello estaría coronado con instalaciones deportivas como campos de fútbol, pistas de tenis o atletismo y gimnasio así como locales de ocio con el objetivo de generar un "sentimiento de comunidad" para favorecer el espíritu innovador y creativo. Sin embargo, todo puede cambiar en los próximos meses y muestra de ello es la diversidad de diseños que manejan en estos momentos.
En definitiva, el proyecto busca facilitar el acceso a Silicon Valley estando lo suficientemente lejos para no tener que regirse por la ley de inmigración estadounidense pero estando lo más cerca de tierra como para que el trayecto no exceda los 30 ó 40 minutos. Así se facilitaría la posibilidad de reunirse con inversores, distribuidores u otras figuras clave para el despegue de las diferentes 'startups'. Marty afirma que ya son más de 100 empresas de 40 países las que se han interesado por el proyecto de Blueseed para poder llevar a cabo negocios de sectores tan dispares como el comercio digital, la biotecnología o las energías renovables. "Habrá dos formas de subir a bordo -explica Marty-. La primera de ellas será por recomendación de contactos de confianza y fuentes de referencia, como inversores de capital de riesgo u otras redes empresariales y la otra será un concurso abierto que detallaremos en los próximos meses".
"Tangible y real"
Aunque suene utópico, en el seno de Blueseed están convencidos que saldrá adelante "tan pronto como sea posible". "No nos hemos puesto un límite de tiempo. No tenemos esa necesidad ya que es tangible y real", argumenta el ejecutivo. A pesar de que ya han recibido algunas inversiones iniciales, el futuro del proyecto -que todavía está en una fase embrionaria- parece difuso dado el enorme caudal financiero que requiere la idea. Pero la financiación no parece el mayor problema. Hay una multitud de aspectos legales que revisar y testear con las autoridades locales y nacionales, como por ejemplo, regular las eventuales entradas y salidas del país. Ellos proponen que los 'habitantes' de la isla cuenten con un visado temporal, al igual que los turistas, para entrar a Estados Unidos cuando tengan que acudir a reuniones de negocios.
Unos encuentros que también podrían celebrarse en alta mar, una posibilidad que han tenido en cuenta a la hora de incluir entre sus planes la construcción de un hotel. "Las autoridades hasta el momento han sido muy comprensivas con nosotros, en parte a las realidades económicas de hoy en día", analiza Marty. "Todos ellos quiere promover el crecimiento económico y los puestos de trabajo que estas empresas pueden crear en el país una vez abandonen nuestra plataforma", concluye.
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