sábado, 15 de octubre de 2011

El Big Ben se inclina como la torre de Pisa



El Big Ben se está convirtiendo en la torre inclinada de Londres. La noticia la lanzó este fin de semana el diario británico Sunday Telegraph, y ha disparado el interés, las fotos y los comentarios sobre el icono de la capital británica. La culpa es de unas obras subterráneas.
La torre inclinada de Pisa ya tiene una competidora en Londres. Según informe técnico desvelado por la prensa inglesa, la parte superior del monumento se ha desplazado casi medio metro desde que el edificio fue construido en 1853.
Según explicó a la BBC Jonh Burland, profesor emérito del Imperial College de Londres, las mediciones realizadas por el equipo de expertos han determinado que la torre se ha inclinado hacia el noroeste 0,26 grados, lo que supone que la parte superior que la corona está a 43,5 cm respecto a la perpendicular del suelo.
En el caso del reloj, la diferencia respecto al punto que ocupaba en el momento de su construcción es algo menor, pero notable en cualquier caso.
Según estos expertos, el Big Ben se está hundiendo por culpa de los trabajos subterráneos que se han ido realizando en torno a él, y que han hecho ceder el suelo. Como especial responsable señalan a la construcción de una nueva línea de metro en 2003, año en el que la torre se venció nada menos que tres milímetros, mucho más que en los años anteriores y en los siguientes.
No obstante, a este ritmo serían necesarios 4.000 años para alcanzar la inclinación que tiene actualmente la torre de Pisa, una buena noticia para la seguridad del monumento londinense, que según los expertos es total, pero mala desde el punto de vista turístico, ya que a buen seguro que una imagen más escorada hacia un lado aumentaría aun más la presencia de turistas.
En cualquier caso, desde la publicación de este informe no faltan los comentarios de los visitantes que, esta vez sí, parecen coincidir en que la torre no se encuentra ya totalmente perpendicular al suelo.

Lo que todavía no se pueden explicar es por qué la torre sufrió una inclinación inusual en 2003 de unos tres milímetros. De todas maneras, no hay razones para la alarma, al menos en el “corto plazo” de 4.000 años, que serían los que le llevaría conseguir el ángulo de inclinación de su par italiana la torre de Pisa, que es de cuatro grados

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