DOS GÁLVEZ DE MACHARAVIAYA FUERON VIRREYES DE MÉXICO
Bernardo de Gálvez conquista Pensacola
La contribución de España a la independencia de Estados Unidos
Con la toma de la plaza fuerte de Pensacola en 1781, Inglaterra es desalojada del Golfo de México, paso decisivo para su derrota en la Guerra de Independencia de EE.UU.
Tras vencer las dificultades del acceso a la bahía de Panzacola (actual Pensacola, en la Florida oriental), desembarcar hombres y pertrechos en lugar seguro y hacer el primer reconocimiento, Gálvez juzga sus medios (1.500 hombres con escasa artillería, munición y provisiones) insuficientes para rendir la plaza y solicita refuerzos a Luisiana y Mobila –su homólogo inglés hace lo mismo a Jamaica nada más avistar la flota española–.
A la llamada, acuden al mismo tiempo un convoy de Nueva Orleans con 1.600 hombres y, en una agotadora marcha a pie, la pequeña guarnición de Ezpeleta en Mobila, 700 hombres. El contingente español pasa a sumar 4.000 efectivos medianamente pertrechados, frente a 1.800 británicos bien abastecidos y parapetados, reforzados por varios centenares de indios, bajo el mando del fatuo general Campbell: ‘Tenemos abundancia de víveres. Nuestras fortificaciones se hallan en buen estado. Despreciamos a nuestro enemigo […] y, de no ser por deserción, todas las circunstancias estarían a nuestro favor’. (Carta a Sir Henry Clinton, comandante en jefe del ejército británico en América. 09/04/1781.) Gálvez solicita a La Habana 800 hombres más y, sobre todo, munición.
Primeros choques y llegada de refuerzos
Al cabo de unos días de avances y sangrientas escaramuzas con ingleses e indios en pos del punto definitivo de ubicación del campamento, una bala hiere un dedo y el estómago del general, obligándolo a convalecer bajo el azote de una terrible tormenta tropical que derriba las tiendas de campaña y parte del hospital e inunda el recinto. El mando es transferido momentáneamente a Ezpeleta, que en pleno huracán ordena calar bayonetas en previsión de un ataque.
Mientras Gálvez se repone de sus heridas aparece de súbito frente a la bahía una gran flota de 21 barcos. Por cartas de Campbell interceptadas y confesiones de desertores se sabe que los ingleses esperan la pronta llegada del almirante Rowley con 7 navíos de línea y 14 fragatas. Tras dos horas de angustia en que se teme lo peor, las dudas se disipan: en los mástiles ondean banderas españolas y francesas. La escuadra mandada por Solano transporta desde La Habana un contingente de 1.600 hombres, el doble de lo solicitado, al mando de Cagigal.
Gracias a la labor de Francisco de Saavedra, plenipotenciario enviado desde Madrid, España ha reaccionado con rapidez y eficacia. Con este refuerzo y las dotaciones de la Armada, las fuerzas navales y terrestres de su majestad católica suman unos 7.500 efectivos en el campo y cuentan al fin con los medios necesarios para batir las defensas enemigas. Gálvez elabora la estrategia a seguir, consistente en atacar el triple baluarte que forman Queen’s Redoubt, Fort George y Prince of Wales. Primero el más elevado, Queen’s Redoubt; acto seguido Fort George, el más potente; el último de la terna, el Prince of Wales, caerá al tomar el anterior. Aislados, tanto el fuerte de la entrada (Barrancas Coloradas) como el del muelle caerán fácilmente. Los 15 navíos de la Armada se encargarán mientras tanto de montar guardia en la bocana para que la marina inglesa no pueda acceder a la bahía.
Comienzo de las obras militares
Se suceden varias jornadas dedicadas a construir trincheras y fuertes y emplazar baterías que comienzan a disparar de inmediato contra el fuerte Queen’s Redoubt. Los ingleses replican con su propia artillería y con una salida hábilmente preparada que barre la posición española más adelantada. El trabajo de los ingenieros, sin embargo, continúa día y noche.
Ya a menos de 500 metros del objetivo, una granada de seis pulgadas lanzada por los obuses entra por una abertura del polvorín inglés y, con terrible estampido, medio fuerte salta por los aires, muriendo de golpe ciento cinco ingleses. Gálvez ve la ocasión que se ofrece y organiza sin perder un minuto dos columnas de ataque al mando de Girón y Ezpeleta que con gran riesgo asaltan el muro mientras reciben el fuego combinado de los últimos defensores y de los fuertes Fort George y Prince of Wales.
Es el momento decisivo. Cagigal, tras consultar con Gálvez, ordena a la Armada abrir fuego contra Fort George. No dará tiempo. Tras dos horas y media de feroz duelo artillero se oye el toque de retirada de los ingleses y al poco Fort George iza bandera blanca. La batalla ha terminado. El 8 de mayo de 1781, tras 12 días de asedio y 61 desde el primer desembarco en la isla de Santa Rosa, Inglaterra pierde su último y principal bastión en el Golfo de México. Panzacola, y con ella toda la Florida Oriental, vuelven a manos españolas.
Consecuencias
Inglaterra será derrotada en la Guerra de Independencia de Estados Unidos, en medida no despreciable, por su incapacidad para cerrar el frente sur abierto por Bernardo de Gálvez. Dotada por España (1 millón de duros repartidos por Saavedra entre de Grasse y Monteil), del sur llegará a la decisiva cita de Yorktown la flota francesa dirigida por de Grasse, con Monteil al mando de la escuadra de retaguardia, que, además de añadir 3.000 efectivos al contingente francés en la batalla final y permitir al ejército continental pagar soldadas urgentes, bloquea los ríos York y James en la bahía de Chesapeake, impidiendo el abastecimiento o la evacuación del ejército de lordCornwallis por la marina británica y propiciando la asistencia francesa
MATÍAS DE GÁLVEZ
Padre del anterior, fue también virrey de México.
Se casó en segundas nupcias con una joven llamada Ana de Zayas.
Tras enviudar, Ana ejerció como virreina de México junto a su hijastrto Bernardo. Cuando éste se casó con una mulata natural de Nueva Orleans, ella regresó a Málaga. Al parecer, vivió en una gran hacienda que ahora llamamos LA VIRREINA
Matías de Gálvez nació en Macharaviaya, en 1717. Su familia fue de agricultores. Era hermano de don José de Gálvez, visitador de Nueva España y muy hábil administrador. Don Matías sentó plaza en el ejército y se distinguió en campaña, por lo que fue ascendido y se hizo notar, así como por la influencia de su hermano José, que era muy conocido y distinguido en la Corte.
Don Matías fue padre de don Bernardo de Gálvez, quien lo sucedió en el Virreinato de la Nueva España; en 1779 fue nombrado presidente de la Audiencia y capitán general de Santiago de los Caballeros de Guatemala. En el pliego de mortaja del virrey Bucareli, muerto de un momento a otro, la autoridad que representaba a la Audiencia de México encontró que se mencionaba para recibir el virreinato novohispano "al capitán general de Santiago de Guatemala", sin citar nombre; aunque ya estaba nombrado para tal puesto don Matías de Gálvez, no había tomado posesión del cargo que desempeñaba por nombramiento real don Martín de Mayorga, quien pasó a México a hacerse cargo del gobierno. Don Matías de Gálvez, tipo ambicioso, sin cultura y rencoroso, le cobró profunda enemistad a Mayorga al grado de que la gente aseguraba que lo había envenenado.
En la capitanía general de Guatemala don Matías de Gálvez se mostró activo y organizador; rechazó a los ingleses de San Fernando, en la bahía de Honduras; pero por las distancias y escasos recursos no pudo acudir en auxilio del fuerte de San Juan, en Nicaragua, que cayó en poder del enemigo; empero las operaciones dirigidas por Gálvez, quien era militar con mucha experiencia, hicieron que los ingleses se rindieran el 5 de enero de 1781. El rey Carlos III, para premiarlo y acceder a las peticiones de Mayorga, que deseaban entregar el gobierno de México, le dio el cargo. Fue el último virrey que hizo su entrada en la Ciudad de México a caballo, solemnidad que ocurrió el 28 de abril de 1783. Para su mejor administración, cuidado, vigilancia y manejo, dividió a la ciudad en cuatro cuarteles; mejoró el servicio de policía, hizo crear nuevas acequias y limpiar las existentes, resanar los conductos de agua potable y empedrar las calles de La Palma, Monterilla y San Francisco. Ayudó al establecimiento de la Academia de las Nobles Artes de San Carlos, fundada por cédula real del 25 de diciembre de 1783, comprando una valiosa colección de estatuas en yeso y copias de las más célebres obras griegas y romanas.
Levantó estadísticas de los coches, que resultaron ser 637; del tráfico por el canal de La Viga y San Lázaro, de los carros y cargas en acémilas y de semillas, comestibles y objetos de comercio. Creó las cajas de comunidad para indios, con el objeto de que se ayudaran económicamente en forma mutua e ir interesándolos en los negocios; ordenó que se siguieran reuniendo todos los papeles y documentos dispersos relacionados con la historia de la Nueva España, con el objeto de dar una información completa para ayudar en la formulación de una Historia General de las Indias, sobre la que se estaba trabajando en Madrid. Concedió a don Manuel Valdés el privilegio de publicar de nuevo la "Gaceta", periódico del Virreinato que había sido suspendido por el Marqués de Croix. Se sintió enfermo el virrey, a la edad de 67 años, e hizo concurrir a la Audiencia en extraordinario el día 3 de noviembre de 1784. Ya casi sin uso de razón entregó el gobierno y murió ese día a las ocho de la noche.
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